Gilmar Bolívar
Gilmar Bolívar
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Zona Cero

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"Gracias a Dios salí a tiempo": Gilmar abandonó Leópolis un día antes de bombardeos rusos a esa ciudad

De regreso a Barranquilla, Gilmar mira a Millos, Nacional o Junior.

El Karpaty Halych, de la Segunda División de Ucrania, una semana antes de la ocupación rusa, ubicó al futbolista barranquillero Gilmar Bolívar en Leópolis. Allí todo estuvo en calma mientras el jugador permaneció en esa ciudad al oeste del país, por casi 20 días.

Sin embargo, en esa ciudad, a 70 kilómetros de la frontera con Polonia, comenzaron los bombardeos rusos, justo horas después de que Gilmar saliera en bus.

"Gracias a Dios salí a tiempo", contó hoy el futbolista a Zona Cero.

El volante mixto relató que lo que es un recorrido normal de 60 o 90 minutos desde Leópolis a la frontera, le costó a él cerca de 10 horas. Todo por la congestión de ucranianos queriendo salir del país.

Ya en Polonia, Gilmar conoció la mala noticia que le esperaría en Barranquilla: la muerte de su tío Yosimar Aldaír Bolívar. El hombre fue asesinado la tarde del lunes en el barrio Las Nieves, en el suroriente de Barranquilla.

El joven de 20 años llegó en la noche del martes a Barranquilla y ayer acompañó a su familia en el sepelio de Yosimar, en el Cementerio Calancala.

Gilmar acompañado de su novia.

Ya en Barranquillla, a pesar del dolor por la pérdida familiar que no puede ocultar, Gilmar dijo sentirse "feliz, tranquilo de estar con su familia y ver a su gente, pero triste por la noticia que sucedió, un fallecimiento en mí familia (el asesinato de su tío), pero afortunadamente estoy en mi Colombia".

Cuando esa triste noticia la recibió, "estaba en Varsovia (Polonia), estaba recorriendo el Centro de Varsovia, estaba un poco contento, feliz porque había pasado lo más difícil que era salir de Ucrania, me tomó por sorpresa esa noticia, pero son cosas que van sucediendo en la vida".

Acto seguido, el futbolista responde al siguiente interrogante y habla de su salida de Ucrania. "Mí salida de Ucrania se efectuó más o menos en horas de la tarde, en un bus de colectivo que me sacaba a Varsovia. Estuve en la frontera más o menos 10 o 12 horas porque había mucha gente que quería salir".

Ya en Polonia, a Gilmar todo se le hizo más fácil, tenía pasajes y solamente pasó dos días. Luego, viajó.

Estaba en Varsovia cuando se enteró de que "hace dos o tres días ya hubo bombardeos en la ciudad de  L'viv, entonces ya la gente ya sabía que eso iba a pasar. Eso hizo más difícil la salida de Leópolis".

En su salida, Gilmar vio los enormes trancones en carreteras con la gente ansiosa por salir de Ucrania.

Gilmar Bolívar en Barranquilla.

Después de tres semanas contó la "incertidumbre" que vivía. "Mí familia estaba preocupada, porque uno no sabe en qué momentos le van a pasar cosas, o cuando le va a tocar a uno. Las noticias no pasan desapercibidas y son cosas que llenan a uno de miedo, pero creo que manejé la situación con tranquilidad".

En las más de tres semanas que estuvo aislado en Ucrania, el joven barranquillero recordó dos episodios cerca a Leópolis. En uno "sentí que la cama tembló, lo más feo que pasó, estuve también en un centro comercial, hubo una alarma y tuvimos que ir a los sótanos a resguardarnos".

La salida de Gilmar de Ucrania fue posible gracias al apoyo del equipo en el que juega. Su fe siempre le sirvió en este largo trasegar de casi un mes.

Tras salir de Varsovia, el vuelo que lo trajo a Colombia hizo escala en Ámsterdam para llegar a Bogotá y luego aterrizar en Barranquilla la noche del martes.

Ahora, tras el permiso de la FIFA a futbolistas que militan en la liga ucraniana para que fichen en otros países aún habiéndose cerrado las inscripciones,  el joven nacido en Rebolo espera poder vincularse a un equipo colombiano para estar cerca de su familia.

"Ahora estamos esperando opciones con el empresario, esperando que surjan nuevas opciones y por qué no aspirar a estar en un nuevo equipo".

Gilmar acompañado de su novia en Barranquilla

¿Puede ser en Colombia?, le preguntamos. Su respuesta fue contundente: "Dios quiera, pero ya eso depende de muchas cosas. A mí me gustaría quedarme en Colombia, haciendo lo que me gusta: el fútbol".

Y cuando lo interrogamos sobre qué equipo. "Puede ser Millonarios, por qué no Nacional, Junior, son equipos en los que uno como jugador puede estar", finalizó.

Cree que la liberación de la FIFA le ayuda a los futbolistas que hoy están en suspenso. "Y si tengo la oportunidad de ir como agente libre a otros club".

Ahora en Barranquilla, Gilmar, "se está tomando un aire" y prefiere no escuchar noticias sobre el conflicto Rusia-Ucrania, pero está pendiente de lo que le informen "porque allá dejé amigos y profesores".

Gilmar llegó a Barranquillla acompañado de su novia de hace 5 años, Alejandra, quien ha sido de suma ayuda en el difícil momento. Ah... Y se reencontró con su mascota 'Celeste'.

 

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